10 ¿Quién hay entre ustedes que teme a Jehová y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el Nombre de Jehová y apóyese en su Dios
"Dios no desampara a los que le buscan"
Hace
un tiempo, mi persona fue a prisión a causa de una calumnia tan ponzoñosa que me
separó de mi familia, de mi trabajo y de todas las cosas buenas de las cuales
estaba acostumbrado. Fueron cinco meses de dura prueba donde llegué al extremo
de la aflicción.
Usted
puede estar pasando una prueba muy dura en este momento. Quizá puede pasarlo en
un futuro. En prisión me acordé de lo que Dios me enseñó años atrás. Una de
ellas era confiar en Él.
Las
circunstancias del momento y con la ayuda de Satanás, dudamos de sus promesas,
pero Dios, siempre nubla el consejo del diablo inyectándonos confianza cuando lo
buscamos en oración.
Si
usted está pasando por una tormenta en su vida, ORE a cada momento, comuníquese
con Dios. Sólo a través de la oración, Dios le inyectará confianza. Si usted
tiene a Jesucristo como su Salvador y Señor, NO TIENE PORQUE TEMER a ese gigante
que acecha su vida. No importa el problema, Dios es más grande que su problema.
En mi
caso, la calumnia era grave. La pena era de hasta catorce años si me declaraban
culpable. Se lo dije al Señor, le recordé sus promesas (Isaías 43:26) le dije
que era su hijo (Juan 1:12) Dios no me desamparará (Salmos 9:10) me repetía a
cada momento. Si usted está leyendo estas líneas es porque Dios me sacó de esta
grave acusación. Dios sabía que era inocente. Pero mi Dios era mi testigo,
cumpliéndose la Escritura: "¡Quié me diera que
me oyese! He aquí que mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí,
aunque mi adversario me forme proceso". Dios me libró porque confié en Él, porque durante años,
nunca me había dejado y no lo iba a ser tampoco en ese momento.
Dios
no miente. Cualquiera que se acerque a él en el día de la angustia, Dios lo
librará. Dios conoce el corazón de todas las personas. A mí me libró de ir a la
cárcel, de la destrucción de mi vida. Demostró mi inocencia. DIOS NO LO DEJARÁ A
USTED, si se acerca a Él con el corazón (Salmo 51:17)