domingo, 15 de abril de 2012

TITANIC


TITANIC
¿Un barco que ni Dios podía hundir?



 


Esta fotografía es considerada la última que se le hizo al Titanic o, por lo menos, la última de las que se conservan. Fue tomada en Queenstown, un 11 de Abril desde el ferry que acababa de transbordarle. Va camino al destino que jamás llegaría. Un trasatlántico bellísimo condenado, quizás, por la misma arrogancia de un hombre.

Deuteronomio 5:11
No tomarás en vano el nombre de Jehová tu Dios, porque Jehová no tomará por inocente a quien tome su nombre en vano
Levítico 26:19
Y quebrantaré la soberbia de su orgullo…
Job 15:25, 29-30
Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se portó con soberbia contra el Todopoderoso… no prosperará, ni durarán sus riquezas, ni extenderá por la tierra su hermosura. No escapará de las tinieblas
Proverbios 6:16-17
16 Seis cosas aborrece Jehová y aun siete abomina su alma 17 los ojos altivos, la lengua mentirosa, …
Proverbios 8:13
13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal y la boca perversa aborrezco
Proverbios 11:2
2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra
Proverbios 10:19
19 En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente
Salmos 59:12
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia…
Isaías 2:11
11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día


H

oy se cumplen 100 años desde que uno de los barcos más famosos y lujosos del mundo fuera llevado a mar abierto y luego, a tinieblas eternas. Fue un 15 de abril de 1912, a primeras horas de la madrugada. Apenas 4 días duró su esplendor y gloria. “El naufragio más famoso del mundo” tituló un medio de comunicación hace algunos años. Y lo es. Si alguien en realidad dijo la famosa frase “que ni Dios puede hundir este barco” condenó, con sus palabras, a miles de personas a un destino escrito.
¿Condenar? Sí, condenar. Alguien actuó con soberbia y altivez de corazón. Las Sagradas Escrituras describen claramente las consecuencias de la arrogancia humana. Arriba ya pudo leer dichos pasajes… y hay más. ¿A qué pues me harán semejante o me compararán? Dice el Santo. Levanten en alto sus ojos y miren quién creó todas las cosas (Isaías 40:25-26)




Así lucen los restos del Titanic hoy en día, a 4 km de profundidad
La técnica y los avances de ingeniería de su tiempo así como su majestuosidad y su imponente casco, el más grande del mundo daban un aspecto de grandeza. Babel, la torre más alta de la Tierra en su momento, le cayó juicio de Dios por la arrogancia humana (Génesis 11) “Somos más famosos que Jesús” dijo el legendario John Lennon muriendo unos años más adelante a balazos frente a su casa. Cierta vez, debido a problemas con la gira debidos a sus comentarios, le preguntó  a su representante qué hacer menos pedir perdón o dar justificaciones de sus palabras (“El que encubre su pecado no prosperará…” Proverbios 28:13).



Además, los encargados de las comunicaciones recibieron múltiples avisos sobre avistamientos de iceberg pero fueron dejados del lado por el Capitán Smith, todo con el objeto de que la nave llegara antes de lo esperado a New York. En ningún momento dio la orden disminuir la velocidad. ¡La suerte ya estaba echada! ¡El juicio contra la soberbia de sus constructores se llevaría a cabo!
El Faraón de Egipto endureció su corazón y no quiso dejar ir a Israel. A causa de ello, Dios ejecutó juicios sobre Faraón, sobre sus dioses, sobre su pueblo, sobre sus hijos primogénitos. La arrogancia y dureza de corazón de un solo hombre trajo la destrucción.
Dios es amor, pero también es fuego consumidor (Hebreos 12:29) No se equivoquen las personas, Dios sí castiga la altivez de corazón, la soberbia. Solo hay que recordar porqué Satanás fue expulsado del cielo: POR ORGULLO Y ALTIVEZ DE CORAZÓN, POR SOBERBIA (Isaías 14:11-17. Ezequiel 28:17-19).
Por cuanto extendió su mano contra Dios, y se portó con soberbia contra el Todopoderoso. No prosperará, ni durarán sus riquezas, ni extenderá por la tierra su hermosura. No escapará de las tinieblas... (Job 15:25, 29-30)
Por ello, esta tragedia sigue recordándose a través de las generaciones. Que sirva de testimonio a través de los tiempos que NO debe tomarse en falso el nombre de Dios. Por la boca imprudente de una sola persona puede acarrearse multitud de tragedias. Que la tragedia del Titanic nos recuerde, así como muchas otras historias, descritas en la Biblia o en otras fuentes, que debemos ser prudentes, ser cautos en nuestra manera de andar, caminar y hablar. Dios nos ama, incluso permitió que su Hijo Jesucristo muriera por nuestros pecados, por nuestros errores para que tengamos vida; pero no tendrá por inocente Dios, al que tomare su nombre en vano (Éxodo 20:7), por favor, no lo olvide.

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