JESUCRISTO, NUESTRO ÚNICO ABOGADO
(1ª Juan 2:1)
1“Hijitos míos, estas cosas les escribo para que no pequéis; y si alguno de ustedes hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.
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A pesar de nuestros errores y pecados, Dios nos echa siempre la mano, claro, no abuse de su amor.
Todos cometemos pecados. Todos cometemos errores que a la larga nos arrepentimos de forma hasta amarga. Por muchos de ellos, quisiéramos hasta morir. No se preocupe, si usted tiene a Jesucristo en su corazón, ha creído en su Palabra, ha creído en él, solo basta con que acuda con un corazón sincero y arrepentido a él.
Vuelvo a repetírselo: con un corazón sincero y arrepentido. Si algo que Dios ama es la sinceridad y honestidad. Aunque usted quiera esconderle algo a Dios, no puede. Él ya lo sabe, el conoce las intenciones del corazón humano (Marcos 12:14); pero le encanta su sinceridad y honestidad para con Él; como un padre para con su hijo que ha cometido algo indebido.
Lo anterior no significa que va a pecar y pedir perdón cada vez, eso es falta de responsabilidad y amor por su Padre Eterno. Dios le ama. Si hay algo que le impide hacer lo correcto, cuénteselo al Señor en oración. La oración no es más que una plática, una conversación con Dios. ¿Oír su voz? Claro que es posible, Dios revela lo que quiere a usted hasta de forma audible, claro, lo hace con aquellos que le buscan, con aquellos que le aman, con aquellos que arden por estar todos los días en su presencia. Ello lo puede hacer a través de la oración.
El pecado puede alejarlo de Dios, pero abogado tenemos para con Él, a nuestro Señor Jesucristo.
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