LOS QUE AMAN A DIOS, TODO LES VA BIEN
(Romanos 8:28)
28“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Las situaciones difíciles que podemos vivir a diario serían más fáciles de llevar cuando amamos a Dios. Amarle es seguir sus indicaciones, sus mandamientos, buscarle todos los días y no importa tu religión, Dios no tiene religión, Él nos ama no importando quien seamos o que seamos.
Constantemente espera por nosotros, buscando en la Tierra personas que le amen con el propósito de
hacerlos crecer. Todas las personas tienen la oportunidad de ver con sus propios ojos lo que Dios es capaz de hacer con nosotros, con nuestras vidas, con nuestros problemas y con todo aquello que nos abate en nuestra vida personal, por nuestra salud, por nuestra familia, en fin, por todo.
El grave problema del ser humano es que no dejamos que Él actúe, no esperamos en Él: siempre todo lo queremos YA. Tus preocupaciones son también las preocupaciones de Dios: búscale a diario, déjalo actuar, platica con tu Padre Celestial. No importa la situación, Él está atento. Pide ayuda a tu Padre celestial si te cuesta creer o tener paciencia o dejar de pensar negativamente. Pruébalo: no pierdes nada, Dios está pendiente.
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