HIPOCRESÍA CON DIOS
(Isaías 29:13)
13 “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado…”
A nadie le agrada la conducta hipócrita. Muchas veces lo somos con Dios por nuestros hechos, debemos ser sinceros y transparentes, ello agrada.
Una costumbre muy arraigada entre los que dicen buscar a Dios son sus periodos o vidas de hipocresía para con Dios. A veces vamos a la iglesia, lo buscamos desde nuestras casas, desde nuestro lugar de trabajo o desde cualquier otra parte; pero somos solo apariencia. Nuestro corazón está alejado de Él. Ya no tenemos aquella relación amorosa como en un principio. Cuando usted se acerque a Dios, hágalo con todo su corazón, no a medias o solo por cumplir con lo que le han enseñado. No lo olvide, Dios puede ver lo que hay en su corazón. A ÉL NO LO PUEDE ENGAÑAR. Podemos engañar a las demás personas pero no a Él.
A usted le desagrada la gente hipócrita. A Dios también le desagrada esa conducta. Lléguese a Él con un corazón sincero como a usted le gusta que le lleguen las demás personas con las que usted habla. Si ha pecado o ha hecho cosas de las cuales se avergüenza, cuénteselo a Dios, de todas maneras, Él ya sabe lo que ha hecho. Dios puede perdonarlo y limpiarlo de toda maldad si confiesa lo que haya hecho (1ª Juan 1:9), solo sea sincero con Él. Recuerde, Dios es su Padre, a él le gusta la sinceridad. A Él no podemos mentirle.
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