AMEMOS A LOS DEMÁS
(1ª Juan 4:20-21)
20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de Él: El que ama a Dios, ame también a su hermano”.
Debemos aceptar a las personas tal cual son. Si algo no nos parece de ellas, oremos por ellas para que Dios obre en sus vidas y sobre nosotros mismos además.
¿Ama usted a Dios? No lo sé. Si su respuesta es afirmativa, entonces piensa en Él a cada momento, lee su Palabra a diario. Platica con Él todos los días y sobretodo, ama a su hermano, a su amigo, no importa quien sea. Nuestros semejantes, nuestro prójimo, las demás personas debemos respetarlas en todo momento. Debemos ser amables para con todos y no ser altivos. A veces nos encontramos con algunos tipos de personas que con sólo pensar en ella, sentimos repudio, ganas de decirle cosas desagradables, agarrar a dicha persona a patadas, deseamos que le pase un carro encima, que le caiga una gran piedra,… pensamos eso y mucho más. Si ha pensado eso de alguien, pídale perdón a Dios en este momento, porque usted dice amarlo y a la vez, piensa o desea en que algo malo le pase a dicha persona “desagradable”. A pesar de lo que somos a veces, Dios no piensa nuestro mal ¿Por qué debemos hacerlo nosotros?
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