miércoles, 24 de agosto de 2011

24 de Agosto


ENSÉÑAME A HACER TU VOLUNTAD
(Salmos 143:10; Romanos 12:2)

(143:10) “Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud. (12:2)  No se conformen a este siglo, sino transformen su entendimiento, para que comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
 Cuando hacemos la voluntad de Dios, aunque nos cueste, Dios siempre hace que las cosas salgan bien
Hacer la voluntad de Dios, seguir sus mandamientos, sus leyes, su consejo, su Palabra atrae bondades a nuestra vida. Cuando dejamos de seguir su Palabra, nuestra vida está llena de baches, llena de problemas, llena de múltiples obstáculos que no nos dejan avanzar y alcanzar nuestros objetivos e ideales.
El salmista David le pidió al Señor que le enseñara a hacer su voluntad, ya que sabía que aunque él fuera el rey, los problemas y obstáculos serían difíciles o imposibles de franquear o solucionar. El rey David estaba consciente que no puede hacer nada el ser humano por sí mismo si no va acompañado de Dios, de nuestro Creador. Pablo escribió que la voluntad de Dios es agradable y perfecta. La voluntad de Dios nos aleja de problemas, satisface nuestras vidas, consuela en esos momentos oscuros, anima y levanta… nos permite vivir dignamente. Los problemas de nuestro país, de tu vida o de tu familia están ligados al no tener contacto diario y directo con Dios a través de la oración. Háblale todos los días y comprueba su voluntad que es agradable y perfecta.

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