¡EXTENDAMOS A DIOS NUESTRO CORAZÓN!
(Job 11:13-19)
13“Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a Dios tus manos; 14 si alguna maldad hubiere en tu mano y la echaras de ti y no consintieres que more en tu casa la injusticia, 15 entonces levantarás tu rostro limpio de mancha y serás fuerte y nada temerás 16 Olvidarás tu miseria… 17 La vida te será más clara que el mediodía… 18 Tendrás confianza… 19 Te acostarás y no habrá quien te espante y muchos suplicarán tu favor”.
¡Cuántas promesas en un texto! Dios quiere lo mejor para nosotros, ese es su deseo para usted, para mí, para todos sus hijos, su creación. La condición que Dios nos pone no es imposible de llevar: sólo tener un corazón dispuesto a rendirse en sus brazos de amor y echar fuera de nuestras vidas todo aquello que nos impide tener una relación más estrecha con nuestro Dios Hermoso y amoroso, nuestro Padre Celestial.
Si cree que es difícil echar aquello “malo” que existe en nosotros, nuevamente la invitación para que se acerque a su Padre Celestial por medio de su Hijo Jesucristo, porque todo lo que pida al Padre en su Nombre Él lo hará. ¿Quiere perdón y restauración? ¿Ya no sentirse solo? ¿Resolver aquello grave o “imposible”? Acérquese a Dios a diario, pídale ayuda, Él siempre está dispuesto a escuchar nuestra voz, su oído está atento, acérquese, inténtelo, no deje pasar la oportunidad de recibir las bendiciones prometidas en este pasaje de las Escrituras. Inténtelo, no pierde nada; ganará mucho, tenga fe.
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