jueves, 3 de febrero de 2011

3 de Febrero

JESÚS NO VINO A CONDENARNOS
(Juan 3:17 – 18)

17“Porque no envió Dios a su hijo a condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él 18 El que en Él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios”.
Los seres humanos somos propensos a cometer errores, pecados. Algunos los consideramos como imperdonables; pero Dios no quiere negarnos la dicha del perdón.
Para ello envió a su Hijo Jesús para que si creyéramos en Él y lo recibimos como nuestro Señor y Salvador de nuestras vidas, no nos perdamos sino que tengamos esperanza, dicha y sobretodo, perdón por nuestros errores, delitos y pecados. Si consideras que has cometido algo que “no tiene perdón” según tu sentir o por la “gravedad” de tu pecado, te tengo noticias, Dios sí quiere perdonarte, quiere restaurarte. Lo único que necesitas es buscarle a Él, con un corazón sincero, arrepentido, con el ánimo de cambiar el rumbo de tu vida.

Por toda la Biblia aparecen una serie de promesas y verdades únicas para cada persona en este mundo. Para ti, para tu vida. Dios quiere que creamos en su perdón, en sus promesas para restaurarnos, prosperarnos y satisfacer cada una de nuestras necesidades.

Dios cumple. No es como nosotros que muchas veces fallamos y quedamos mal con otras personas. Tienes una necesidad de Dios material, personal, familiar, académica o de cualquier otra índole. Dios quiere satisfacerla. Búscale hoy.


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