LA FUERZA Y EL PODER SON DEL SEÑOR
(2ª Crónicas 14:9–12)
9“Y salió contra ellos Zera, el etíope, con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa 10 Entonces salió el rey Asa contra él y ordenaron la batalla en el valle de Sefata junto a Maresa 11 Y clamó Asa a Jehová su Dios y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna entre dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios, no prevalezca contra ti el hombre 12 Y Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá y huyeron los etíopes”.
Asa era descendiente del rey David. había seguido el consejo de Jehová Dios. Había dispuesto su corazón para buscar de Dios todos los días.
Un poderoso ejército se avecinaba contra él y contra su reino. Ni el ejército de EE.UU que invadió Irak en el año 2003 llegaba al gran número de etíopes invasor. El rey tenía razón de tener miedo: eran más del doble. Él hizo lo más sabio: buscar al Señor, apoyarse en Él más que en cualquier estrategia militar. Poner la confianza en Dios permitió que Asa superara, destruyera y tomara un inmenso botín de los invasores. El problema que tenía Asa era casi imposible de resistir. La amenaza de muerte contra su pueblo era inminente. Él declaró con su boca que se apoyaba en Él, que confiaba en él. A pesar de la dificultad, de la desconfianza de muchos, él creyó en su Dios y fue, no sólo salvado, también prosperado. Si estás en una situación desesperante, Dios puede deshacer tu problema como lo hizo contra los enemigos de su pueblo. Confía en él, Dios es tu fuerza y tu poder.
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