DIOS QUIERE LO MEJOR PARA NOSOTROS
(Jeremías 32:40)
40“Y haré con ellos pacto eterno, que NO me volveré atrás de hacerles bien y pondré mi temor en el corazón de ellos para que no se aparten de mí”.
Desde el momento que aceptamos al Señor Jesucristo como nuestro Señor y Salvador de nuestras vidas, abrimos un universo infinitos de posibilidades.
Desde los tiempos del profeta Jeremías, alrededor del año 500 a.C. Dios vuelve a ofrecer para sus hijos bienestar, soluciones y muchísimo más. A sus promesas de prosperidad, de amor y de entrega total, una gran parte de la humanidad le da la espalda. ¡Qué pésimos nos comportamos con nuestro Padre Eterno! Muchos que no le hemos dado la espalda, aceptamos a su hijo para seguir sus enseñanzas, enseñanzas que son vida, que son una oportunidad para explotar los talentos que Dios ha puesto en cada ser humano para cumplir sus propósitos. En la Biblia aparecen muchos hombres que no ignoraron al Señor. Fueron bendecidos, salvados de situaciones difíciles; fueron elevados a los mejores puestos, trabajaron con reyes, destruyeron a los enemigos y mucho más. Él promete no volverse atrás en las bendiciones para el ser humano, para aquellos que le buscan todos los días, para aquellos donde su corazón y su mirada está en Él y no en las trivialidades que ofrece la propaganda de los medios de comunicación. No hay que esperar un momento difícil para encontrarnos con Él. No seamos egoístas (no para con él; sino, para con nosotros mismos) por todo lo que perdemos para nuestras vidas y somos tan ciegos que no nos damos cuenta de la gravedad de estar alejados de Dios.
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