sábado, 8 de enero de 2011

8 de Enero

LA INCREDULIDAD: UN SERIO OBSTÁCULO
(Mateo 13:58)

58“Y Jesús no hizo allí (en Nazaret) muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”.
La verdadera razón por la que Dios no hace grandes señales y milagros como en el antiguo tiempo está plasmado en el título de este día. Jesús dejó de realizar proezas, señales y milagros en su ciudad natal a causa de la incredulidad de sus habitantes que murmuraron en contra de aquel que habían conocido desde pequeño; pero era diferente.
En la actualidad, en pleno siglo XXI, moderno y “razonable”, Dios parece haber dejado de existir o parecería que no le interesamos. ¡Qué equivocados estamos! A Dios aún le interesamos, porque somos sus hijos, sus criaturas, su creación máxima. Jesús, en otra oportunidad enseñaba que somos más valiosos que las aves, que la naturaleza misma. Tanto, que nos dio la potestad de gobernar sobre toda la creación.

Nos hace falta ese toque esencial que tuvieron los hombres del antiguo tiempo: fe. La incredulidad estaba en Nazaret. Jesús no quiso seguir compartiendo las bendiciones de Dios con gente incrédula. Si usted, amigo lector, tiene poca o nada de fe, tampoco verá el universo infinito de posibilidades que tiene Dios para usted, para sus seres queridos, para todo alrededor.

Creer en lo que Dios puede hacer es lo fundamental. Desde el momento que aceptó a Jesucristo, Dios tiene las ventanas de los cielos abiertas para usted. Si no ha aceptado a Cristo como su Señor ¿Qué espera? Entre a ese universo infinito de posibilidades.



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